Más allá de que sea mexicano y que en la década de los años 90 decidiera hacerse del Real Madrid por culpa de un compatriota suyo que se llama Hugo Sánchez, es un tipo repleto de virtudes personales y profesionales. Luis Enrique, chaqueta tottenham parece decidido a ser otra vez el gran protagonista del fútbol mundial que fue no hace demasiado tiempo. Tottenham Hotspur, fundada en 1882, Tottenham ganó la Copa FA por primera vez en 1901, el único club que no pertenece a la Liga desde que se formó la Liga de Fútbol en 1888. Tottenham fue el primer club en el siglo 20 que logró la Liga. Al contrario, el día 12 de enero, nada más finalizar el partido del Camp Nou frente al vigente campeón de Liga (3-1), Messi apareció ante las cámaras de Barça TV con un mensaje rotundo: «No es bueno que se busque rivalidad entre Luis Enrique y yo, porque no la hay. Al contrario, era muy divertido».
Una temperatura que, afortunadamente para él, no era la misma que se registraba en el ámbito de su vestuario. Si el banquillo promete ser una tortura hay que enfrentarlo como si fuese una maratón por la arena: bayoneta calada, agua al gaznate, gorra hasta las orejas y pasito a paso. Pero a nadie que conozca la historia se le puede olvidar que, gracias al trabajo que cuarenta años antes había puesto en marcha ese innovador técnico cántabro, Tito Vilanova pudo convertirse en el primer entrenador -y hasta ahora único- que hizo coincidir en un partido oficial a once futbolistas formados en la Masia. Sporting de Gijón, su paso por el Real Madrid y cómo llegó a convertirse en uno de los jugadores de referencia en el Barça de la década de los 90. Triatleta aficionado y apasionado del deporte en general, Lucho aplica un especial método de autoexigencia hasta un límite que lo ha convertido en uno de los entrenadores más valorados del fútbol europeo. En su fuero interno, Luis Enrique no descartaba regresar algún día al Fútbol Club Barcelona. Luis Enrique no tiene andamio en la Ciutat Esportiva. No conozco a Luis Enrique, aunque no importa. EL MÉTODO LUIS ENRIQUE Lluís Lainz Con El método Luis Enrique, Lluís Lainz explica los orígenes de Lucho;
Habían transcurrido diecisiete años desde entonces, pero la cara ensangrentada de Luis Enrique había sido portada en medio mundo. Dos de esas tres noticias, el fichaje de Neymar y el inicio del procedimiento judicial, marcaron el inicio del distanciamiento entre el mejor futbolista del mundo y su presidente. Es decir, que Buckingham se hacía cargo del primer equipo barcelonista, junto a su ayudante Edward Joseph Drake, coloquialmente conocido como Ted. Tras los saludos de rigor, se interesó por el estado en el que se encontraba nuestro tercer proyecto en común. La clave está en que el proyecto se haya diseñado con criterio y con sentido común; en que los jugadores se impliquen de una forma decidida y constante en las dinámicas de trabajo de los entrenamientos y de los partidos; en que se reconozca un liderazgo claro en el vestuario y otro, tan importante como el primero, sobre el terreno de juego; en que la comunicación y la relación entre todos sea magnífica y en el hecho de que todos tengan una capacidad ilimitada para aislarse de lo que sucede más allá de las puertas de su vestuario. La razón que le dieron para justificar que no le fichaban fue escueta: «Has hecho poco».
La actitud y el compromiso que exigía en los entrenamientos y en los partidos eran máximos. Termino aquí porque lo que quería decir de Luis Enrique ya lo he dicho y si hay algo que odio más que un prólogo es un prólogo largo. Luis Enrique y Guardiola. Punto final: Lluís Lainz conoce bien y de verdad a Luis Enrique y ha pintado un retrato al óleo que me permite decir sin rubor que lo sé (casi) todo de este entrenador que a día de hoy aún no tiene cara de entrenador. No le conozco y debo resguardarme de hacer juicios imperiosos sobre este entrenador al que aún no se le ha puesto cara de entrenador. Messi tuvo una reacción intempestiva y discutió con su entrenador. En el momento de escribir este maldito prólogo, que es un momento entre hoy y nunca, sin fecha ni matiz, Luis Enrique luce una mirada irónica y desafiante. Si mañana me encontrase a Luis Enrique por la calle, lo saludaría con la convicción de que nos conocemos desde hace años, desde que él jugaba en el Barça, y sobre todo creería que él me conoce a mí, de tan familiar como nos resulta su rostro.