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Pero no le quedaba otro remedio, sobre todo después de haber discutido con su entrenador sobre la conveniencia de que adelantara su regreso de las vacaciones. Lo fácil para Núñez habría sido rescindir el contrato de Cruyff y darle la razón a los que le auguraban una corta vida al que fue considerado un matrimonio de conveniencia. Antes de iniciarse el campeonato tuvo que dejar el cargo, según parece por discrepancias de criterio sobre el contrato que debía vincularles. Sobre todo si los éxitos deportivos tardaban en llegar. Es evidente que contemplar las cosas desde lo alto le permitía tener una visión mucho más global y más real de lo que sucedía sobre el césped. Pero si se escuchaban las declaraciones de Cruyff, todo adquiría un extraordinario sentido: «Mis delanteros solo tienen que correr quince metros, a no ser que sean estúpidos, estén mal colocados o estén durmiendo», «todo el mundo sabe jugar al fútbol si le dejas cinco metros de espacio», «los entrenadores hablan de movimiento, de correr mucho. Los escándalos que se habían sucedido desde la primavera de 1982 (Migueli fue apartado del equipo por el capricho de un vicepresidente; Maradona llegó para comerse el mundo y acabó enloqueciendo por la nariz; Venables dilapidó su fortuna y la del club en la trágica final de Sevilla; Schuster y la directiva se enzarzaron en una batalla judicial sin precedentes, y la plantilla en pleno se amotinó contra el presidente por un problema fiscal) provocaron la aparición de diversas asociaciones de carácter opositor.

Fue entonces cuando se despidió a Álex García, un exjugador y exentrenador de la casa que había sustituido a Jordi Roura en el área de scouting del primer equipo cuando Tito le nombró segundo entrenador. Valdés; Montoya, Piqué, Puyol, Jordi Alba; Xavi, Busquets, Cesc; Pedro, Messi e Iniesta. Arrigo Sacchi se hizo construir una terraza en uno de los edificios del centro de entrenamiento de Milanello con ese único fin. Hacía falta fichar a un segundo portero, quería que se contrataran no menos de dos defensas -los dos centrales-, era preciso incorporar a un centrocampista y el entrenador quería, mejor dicho, tenía metido entre ceja y ceja un delantero centro. Ahora esa responsabilidad iba a recaer en los defensas centrales, dos jugadores que iban a complementarse en virtud de sus características individuales. Eran momentos en los que la afición del Bernabéu se mostraba muy crítica con Luis Enrique. La sorpresa se produjo cuando el presidente hizo todo lo contrario de lo que esperaba la gente y se convirtió en el único valedor del entrenador holandés. Así que los aficionados, poco preparados para aceptar que los grandes proyectos necesitan mucho tiempo para consolidarse, empezaron a pedir la dimisión del entrenador y del presidente.

Fuera lo que fuera, la realidad es que el presidente se quedó solo en la asamblea de compromisarios del 13 de febrero de 1990, cuando una inmensa mayoría de los asistentes, entre la que se contaba una parte importante de su junta directiva, le exigió la cabeza de Cruyff. La Quinta del Buitre había encadenado tres Ligas consecutivas y la promesa de acabar con la hegemonía blanca, a golpe de ciclos ganadores, había que cumplirla sí o sí. Eran demasiados cambios, chandal tottenham tácticos y de jugadores como para pensar que los títulos podían llegar de inmediato. Cruyff quería jugadores técnicos, rápidos e inteligentes para interpretar una partitura tan atractiva por sus características ofensivas (control del juego, triangulaciones, movili- dad y ataque constantes) como arriesgada por las innovaciones defensivas que planteaba: una línea defensiva de tres muy adelantada y con marcaje zonal. Dani Alves se lesionó cuando apenas se había jugado el primer cuarto de hora del encuentro y Montoya salió en su lugar.

Núñez se planteara ganarles por la mano ni que el entrenador holandés, al que sentían muy próximo, pudiera aceptar una oferta del hombre al que estaban combatiendo con tanta contundencia. Caracterizado por ser siempre -o casi siempre- un hombre directo y muy sincero, esta vez había mentido a los periodistas, ya que dos semanas antes se había reunido en Gavà con la cúpula de la dirección técnica del FC Barcelona. Y los barcelonistas ya no se conformaban con paladear un título de vez en cuando. El Barcelona volvió a competir con el Real Madrid, pero no pudo impedir que lograra su cuarta Liga consecutiva, otra vez con Hugo Sánchez como máximo goleador del campeonato, y que también conquistara la Copa del Rey. El día 4 de abril, el Barcelona se impuso (2-0) al Real Madrid en la final de la Copa del Rey. Al día siguiente y tras golear al Córdoba, sudadera tottenham hotspur el Barcelona se marchaba de vacaciones de Navidad. Entre unas cosas y otras, ese Barcelona que representaba mejor que nunca la vieja idea del «fútbol total», acabó con el ciclo ganador del Real Madrid y se convirtió durante los cuatro años siguientes en un auténtico espectáculo.