Los tres (energía, compromiso y sinceridad) son aspectos absolutamente imprescindibles para ser un líder de éxito». En primer lugar, tiene una gran energía, que se refleja en todo lo que hace. Y en tercer lugar, dejó muy claro que es una persona que irradia sinceridad y que va con ella hasta las últimas consecuencias. Nadie, absolutamente nadie, ni los que se creen que las bolas de cristal sirven para algo, puede saber qué pasará de aquí a final de temporada. Ya en el turno abierto de preguntas, explicó que contaba con los tres porteros de la casa (Sergio, Rubén y Yoel), que el sis- tema de juego dependería «de los jugadores que haya» y que lo más probable sería que el dibujo fuese variando a lo largo del año. El secretario técnico, Txiki Begiristain, se marchó a casa y José Ramón Alexanko, responsable del fútbol base barcelonista, fue despedido. Javier Clemente y de José Antonio Camacho, con los que jugó la práctica totalidad de sus partidos con el equipo nacional y con los que compartió las fases finales de la Eurocopa de 1996 y de los campeonatos del mundo de 1994, 1998 y 2002. Clemente y Camacho, como Van Gaal en el Barcelona, fueron entrenadores con los que Luis Enrique tuvo buena sintonía.
Iñaki Sáez daba las clases de técnica, tanto en el aula como en los campos; Mariano Moreno se encargaba de la táctica; Fernando Mata, Lorenzo Buenaventura y Juan Carlos Martínez Castrejo eran los profesores de preparación física; el exárbitro Juan Antonio Fernández Marín impartía reglas de juego; los doctores Jorge Guillén, José Antonio Casajús y José Naranjo se repartían primeros auxilios y bases biológicas; José Maria Buceta daba psicología; Javier Durán explicaba sociología; José Luis Díez y Jorge Pérez enseñaban las asignaturas relacionadas con la legislación y Santiago Coca se ocupaba de la dirección de equipos. Tanta, que incluso las horas de las comidas se convirtieron en una prolongación de las clases de técnica, táctica, preparación física, metodología, dirección de equipos, bases biológicas, primeros auxilios, psicología, sociología, reglas de juego, desarrollo profesional y organización y legislación deportiva. El calendario iba a complicarle las cosas, porque cuando no puedes disponer de una parte impor- tante de tu plantilla -la que ha jugado el Mundial y se incorpora tarde al trabajo- y tienes que jugar un partido cada tres días, es imposible trabajar con la frecuencia e intensidad necesarias.
Ahí están, por ejemplo, su entrenador en el CD La Braña, Ismael Fernández; el futbolista con el que más tiempo compartió vestuarios, Abelardo Fernández -jugaron juntos en La Braña, el Sporting, el Barcelona, en la selección olímpica y en la absoluta-; el jugador que en 2004 heredó su brazalete de capitán del FC Barcelona, Carles Puyol; los exfutbolistas y hoy entrenadores Míchel y Martín Vázquez, con los que jugó en el Real Madrid; el exjugador de baloncesto, ayudante suyo en la aventura de la AS Roma y compañero en diversas pruebas de ultrafondo, Toñín Llorente; su actual segundo entrenador, Juan Carlos Unzué, y unas pocas personas más, unas conocidas y otras anónimas, chaqueta tottenham que forman parte de su entorno. La relación entre Ismael y Luis Enrique empezó a llenarse muy pronto de vivencias que reflejan perfectamente los sentimientos que comparten. Y Luis Enrique estuvo entre ellos durante aquellos dos años. El acuerdo para la cesión de Alex Song al West Ham no se produjo hasta el 30 de agosto y el fichaje de Luis Suárez, que se había cerrado el 11 de julio, se complicó por la sanción de cuatro meses de suspensión que le impuso la FIFA por darle un mordisco al italiano Giorgio Chiellini durante el Italia-Uruguay del día 24 de junio.
Aunque no era una norma fija, la tendencia natural era sentarse junto a compañeros con los que había mantenido una relación más estrecha. Su pasión por el juego y el hecho de poder compartirla con viejos compañeros y con amigos de club y de selección ya constituían, por sí mismos, un aliciente añadido que convertiría esa experiencia en algo tremendamente enriquecedor para todos ellos. Luis Milla, que abandonó el FC Barcelona en 1990 y fue compañero de Luis Enrique durante los cinco años que el asturiano jugó en el Real Madrid, explica que «esos días hablábamos de táctica, de estrategia, de sistemas» y también constata que durante los cursos de entrenador Luis Enrique se comportaba «con la misma personalidad, el mismo carácter fuerte y la misma pasión que demostraba como futbolista». Le conocía muy bien y sabía que «siempre pone mucha pasión en todo lo que hace. Un tiempo al que hay que sumar los cincuenta minutos que necesita para ir y los cincuenta minutos para volver cuando va en bicicleta, o los veinte minutos por trayecto cuando va a trabajar en coche. Pero lo cierto es que las críticas de los medios de comunicación volvieron a arreciar, entre otras razones porque el equipo perdió aquel encuentro por un contundente 4-1. Hacía justo veinte días que De Rossi había firmado la renovación de su contrato por cinco temporadas, en una decisión a la que Luis Enrique no fue ajeno.
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